¿Cuáles son los gastos más comunes del hogar?
Evidentemente, los gastos pueden variar considerablemente entre una familia u otra, ya sea en términos de cantidad o de procedencia. Sin embargo, a la hora de establecer un listado de gastos generales, podemos encontrar los más comunes independientemente de los ingresos de cada unidad familiar.
- Gastos en servicios: Dentro de esta categoría encontramos las facturas de luz y gas, el consumo de agua, y el dinero que pagamos por servicios de telefonía e Internet.
- Gastos en educación: Las matrículas en colegios, institutos, universidades o academias suponen un gasto importante, pero necesario en la mayoría de las familias
- Gastos bancarios: Aquí podemos encontrar el gasto de alquiler o de hipoteca. Evidentemente es el más común y el más importante de todos, además del más caro de todos ellos.
- Alimentación: Los gastos en comida y bebida.
- Pólizas de seguros: Las más comunes son las de hogar y auto. Básciamente, porque son obligatorias.
- Gasolina: El coste de mantenimiento de los vehículos si los hubiere suele ser uno de los más comunes entre las familias y parejas españolas.
Consejos para ahorrar dinero en la economía doméstica
Independientemente del porcentaje de ingresos de cada unidad familiar, se prevé ejercer un control sobre los gastos e ingresos de cada vivienda, así como una serie de prácticas de ahorro en la contratación o compra de servicios y productos.
- Tener en cuenta los descuentos y ofertas de compañías a la hora de contratar servicios o productos determinados. Esta circunstancia es especialmente visible en la contratación de servicios energéticos como luz y gas. Además de las tarifas de móvil e Internet, donde conviene comparar y consultar precios de las distintas compañías, pagando sólo por aquellas opciones que más se ajustan a unos usos y necesidades concretas, ahorrando dinero de forma considerable.
- Prestar atención a promociones y descuentos en el momento de compra de otros productos o servicios
- Llevar a cabo políticas de consumo de energía responsables. Esto, además de ahorrar dinero, permitirá también el fomentar un uso sostenible de los recursos para con el medio ambiente. El llevar a cabo un consumo responsable implica el apagar los electrodomésticos en el momento de no utilización, utilización del modo ahorro, usar bombillas de bajo consumo, decantarse por energías más limpias como el gas natural o aislar correctamente el domicilio al usar calefacción o aire acondicionado.